¿QUÉ?
¿Qué es lo que ilumina esa mirada? ¿Qué es lo que escapa a la lente de la cámara? ¿Qué dicen esos ojos? Pero sobre todo, ¿qué callan?
Esos ojos interrogan en busca de una respuesta inexistente. Esos ojos me miran. Te miran. Nos miran. Enfrían la calefacción que disfruto en invierno, calientan el aire acondicionado que enfría el verano. Atraganta la comida que me satisface, recuerdan la parte de la deuda social que nos corresponde levantar, claman por hacernos entender que en el territorio de la exclusión está el principal problema argentino. Vergüenza e impotencia. La conciencia grita como dijo el poeta: “Dame un ramo de voz, así salgo a vender mis vergüenzas en flor”.
PARA TODOS TODO, PARA NOSOTROS LA ALEGRE REBELDIA...